domingo, 21 de enero de 2007

Quién soy...



Mamiloca, Mamiloca, que te confundes...
Que ésta no es tu casa!


Que sí, que sí es mi casa, cállate. No ves que siempre visto de azul?

Noooo, tú no vistes de azul, mujer, que tenías unas cerezas rojas suculentas y preciosas en la cabecera. ¿No te acuerdas, despistada, que eres una despistada?

Pero... NO me líes eh??. Que no me líes que yo siempre he sido de este color, como el mar. Para que me entiendas, vamos, como un pitufo, podemos decir.

Anda ya! Qué pitufo ni qué pitufo, que te estás volviendo majara...

Mira déjame así que ya me pensaré yo lo que me estás diciendo, que ahora que lo dices me acuerdo de que a veces me confundo... Pero calla y vuelve mañana, a ver si me aclaro, vale?

Ay Mamiloca, Mamiloca, qué cabeza tienes.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

que sí... que sí... que había unas cerezas :)

Anónimo dijo...

y preciosas por cieto!, como la dueña del blog ;))

Vístelo como más cómoda estés en él

fcnaranjo dijo...

Me encantan los pitufos. Los de verdad, no los que luego hicieron en dibujo animado (sosísimos).

Y los pitufos son azules, aunque vistan... ¡de blanco! (¿O es de rojo? Bueno, qué más da...)

Y los que más me gustaron de siempre: la pitufita, claro, y el pitufo gruñón.

Ejem... Eso, que el blanco mola, se respira bien. Y hace que resalte el azul, caramba... ;)