miércoles, 18 de abril de 2007

Mil veces




Mil veces el mar
una vez y otra el mar
viene y va de mi boca como olas

El mar en mi boca
los sonidos de esas tres letras saliendo de mis labios
M a r

El mar siempre
fuera y dentro miro muy dentro de mi
y añoro el horizonte lejano

Y la brisa

Mil veces el mar
y cuando yo ya no esté el mar seré yo entonces
en el mar me quedo
en el mar me pierdo

En mi tierra
no hay mar.

sábado, 14 de abril de 2007

Desazón




















...Y a veces piensa que no le importaría si llegase el fin. Que el silencio de una vez se instalara a su alrededor, llenándolo todo de paz. Incluso la luz apagándose, todo quieto, quedarse, quedarse...
No tener ni un dedo que mover. Porque todo lo que de maravilla tiene este viaje, ella ya lo sabe, y porque lo sabe no quiere seguir aquí sin poder disfrutarlo en cada recodo.
Sabe que ama todo este lugar. Que hay habitaciones y espejos donde su corazón se recrea.
Ama la luz y el viento y el sol y los mares y los campos abiertos y las calles bulliciosas y la música en lugares oscuros y las escapadas a media noche y vagar por el universo enlazada a otro ser como ella, parecido a ella.
Lo sabe. Pero si hay que estar aquí, hay que estar de verdad.
Y esto no es de verdad.
Por eso debe cambiarlo.

Ay, Mamiloca...

miércoles, 11 de abril de 2007

Nadar...


Nadando. Nadando, volando en el agua, como un águila en las alturas. Nadando entre los peces plateados, la lluvia y las lágrimas y los ríos unidos en el azul infinito. Flotan mis manos y la ingravidez me sostiene como en nubes ligeras. Agua y tus labios húmedos en mi boca. Los labios del mar, la calma. Une mi piel a tu piel, en el sueño vívido de mil noches. Un abrazo líquido, una sonrisa. Un suspiro hondo, como tragando aire. Abro los ojos, todo está contenido en ese ámbito.
Vuelo. El viento no puede penetrar en este mundo. El silencio.
Mírame. Estoy flotando, y no sé expresarlo.