Este es un poema de los que Mamiloca escribía cuando era una adolescente. Es lo que tienen los adolescentes, que de vez en cuando les da por escribir poemitas un poquito cursis. Pero a Mamiloca no le importa que sea cursi, porque ella lo escribió hace tiempo y no se arrepiente. Es suyo. Y dice así:
Recuerdo una tarde:
era en otoño,
sentados en un banco
del parque...
Estaba el parque amarillo
¿no recuerdas?
Caían a raudales
las hojas de los árboles...
Y tú me sonreías.
Recuerda:
Yo temblaba,
era una niña.
Y tú tenías entre tus manos
las mías,
y una rosa marchita
que moría.
Tú me besaste entonces,
nos besamos...
Fue una suave caricia,
fue un mundo fantástico,
fue la vida.
Fue felicidad...
Luego el otoño
nos saludó a los dos:
habíamos nacido.
3 comentarios:
Lo que escribe el corazón no es cursi, al menos no lo es para mi.
Es muy bonito y te felicito por guardarlo contigo a través del tiempo.
Un abrazo.
No me parece cursi, es muy bonito y además está escrito con el corazón, que ya es mucho. Por otra parte me encanta el otoño, con lo cual me ha gustado el doble...
Besotes
Tenéis razón las dos, es más, pienso desempolvar todos esos poemas que tengo por ahí guardados, qué narices.
Que les de el aire un poquito...
Y gracias por vuestras palabras.
Besos.
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