
Ha visto Mamiloca salir el sol esta mañana. Se levantó tarde, hoy es fiesta en la ciudad y se estaba bien arropadita entre las sábanas. Lo primero que hizo fue ducharse, para empezar bien el día. Se dió cuenta que había regresado el aire de respirar a sus doloridos pulmones, que ya empezaban a estar hartos de tanto racionamiento, al fin y al cabo no estamos en guerra...
Con calma Mamiloca se fue dando cuenta de que el día avanzaba y salió a la calle, por ver qué tal se portaban con la nueva luz los jilgueros y demás pajarillos que pueblan los aleros de los tejados.
No es capaz Mamiloca de escribir con lo de dentro estos días. Han sido días difíciles, y aunque ahora está mejor prefiere dejar pasar las horas sin darles aún ni un pequeño mordisco. Está esperando a afianzarse.

Y mañana tiene que atravesar una frontera.
Y lo hará.
No lo va a pensar mucho no vaya a ser que se amilane en el último momento.
Lo hará nada más llegar.
Y de ese salto dependen muchas cosas de aquí en adelante.
Es una encrucijada.